Estrellitas

miércoles, 1 de mayo de 2013

Comentario de Olga Villasante, Presidenta de la Sección de Historia de la Asociación Española de Neuropsiquiatría y Secretaria de Redacción de Frenia


La fotografía como medio de denuncia social adquiere su máximo potencial a mediados del siglo XX, de modo que los fotógrafos se convirtieron en testigos y resultados de la transformación de una psiquiatría positivista al adoptar un papel más crítico (Martínez Azumendi, Serrulla Vangeneberg, Frenia 2008). Hasta ahora y, desde el comienzo de este rico blog, se nos han mostrado numerosos reportajes fotográficos de denuncia de diferentes instituciones psiquiátricas a lo largo de todo el planeta. La mayor parte de ellos comienzan a partir de los años setenta entre los que podemos destacar las fotos del Saturday Evening Post, en octubre de 1956 o el artículo de Look, que, en 1967, denunciaba la situación institucional de adultos y niños con retraso mental (entrada 25). Estos artículos de denuncia acompañados de imágenes llegan hasta nuestros días y en los últimos años han aparecido reportajes fotográficos que han retratado, por citar sólo algunos de los numerosos ejemplos, algunos hospitales psiquiátricos de Georgia, Albania, Ucrania, Bulgaria o la república checa (entrada 48).

Es seguro que si rastreáramos artículos históricos, hallaríamos algunos ejemplos de este mismo tipo de denuncia. En este caso, a sugerencia de O. Martínez en esta entrada nos ocupamos de un conocido artículo para los aficionados a la historia de la psiquiatría de Gonzalo Rodríguez Lafora publicado el 12 de octubre de 1916 en el España, Semanario de la Vida Nacional, (nº 90). Bajo el título “Los manicomios españoles”, este breve artículo fue acompañado de varias fotografías de enfermos psiquiátricos ingresados en manicomios españoles. Su publicación en una revista que constituyó el órgano de la Liga de Educación Política Española y había sido fundada por autores como Ortega, Maeztu, Pérez de Ayala y otras figuras del 98, originó una gran polémica. No cabe duda que constituye un artículo de denuncia de la situación de los enfermos psiquiátricos a principios del siglo pasado cuando la asistencia psiquiátrica en España era más que precaria, cuestión que ya había sido denunciada por profesores extranjeros, unos años antes, en el Congreso Internacional De Medicina de Madrid, en 1903. Los artículos de denuncia no habían sido infrecuentes ya en el XIX, sin embargo lo novedoso de éste son, sin duda, las fotografías de enfermos psiquiátricos en la prensa española de difusión general.

El nombre de Rodríguez Lafora está asociado al surgimiento de la primera psiquiatría científica en España, dentro de la llamada generación de Archivos de Neurobiología. En las primeras décadas del siglo XX y hasta la implantación del Decreto de julio de 1931, la situación de los enfermos mentales estaba regulada por el Decreto del 1885 en el que habían contemplado los departamentos de observación de dementes ubicados en los hospitales provinciales o municipales, donde los pacientes debían permanecer hasta que se les condujera a un manicomio en clase de “reclusos permanentes”. Lafora visitó varios de estos manicomios provinciales y además, de criticar el departamento de alienados del Hospital Provincial de Madrid con estas duras líneas: “sólo diremos que permanece en el mismo estado que en la época de su fundación (1748). Allí no existen baños para los agitados, a los que sujeta mediante camisas de fuerza, otro utensilio desterrado ya de todas partes. Cuando se empiezan a acumular los enfermos una monja ordena traslados en masa a otros manicomios (al de Ciempozuelos o al de Valladolid), y los enfermos llegan a estos últimos con el único diagnóstico de enagenación mental y sin ningún dato ulterior que sirva para diagnosticarlos científicamente. Aún reciente es la publicación de agresiones de sus guardianes a un alienado” (España, 90, p.9) mostró cuatro impactantes fotografías.

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